Final del partido entre Barça y Benfica en Montjuic. Más de 2.500 aficionados portugueses desatan el caos en las gradas del Estadi Olímpic Lluís Companys después de ver cómo el Barça arrasa a su equipo en la Champions League. Los ultras del Benfica, enfurecidos por quedar eliminados, encienden bengalas, lanzan botellas, arrancan asientos y tratan de tirar las vallas de seguridad que los separan de los aficionados azulgranas. Los miembros de seguridad del estadio, en clara inferioridad, sufren un infierno ante uno de los grupos ultras más peligrosos de Europa.
Los Mossos d’Esquadra no aparecen y son los auxiliares de servicio, los famosos stewards, quienes se ven obligados a sostener la valla que separa a los ultras del Benfica del resto de aficionados. La situación, crítica y tensa, se resuelve con la entrada en tromba de los vigilantes de seguridad, quienes utilizan la fuerza para cargar y disuadir la acometida de los aficionados portugueses. El vídeo se hará viral y tendrá repercusiones para el Barça.
Tal y como adelantó Culemanía, el sindicato ADN Sindical Seguridad y Servicios de Cataluña ha interpuesto una denuncia al Barça vía Inspección de Trabajo. «El Barça es corresponsable, junto a los Mossos d’Esquadra, de lo que lleva pasando mucho tiempo en su campo: no tomar las medidas de prevención de riesgos laborales necesarias. El club no quiere pagar el coste extra de poner más miembros de seguridad», cuentan desde el sindicato.
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